lunes, 3 de abril de 2017

EL ANTIGÜO EGIPTO Y EL DESNUDO


Un fascinante cuento del antiguo culto al sol y la desnudez fue desenterrado en 1887 en Tell el Amarna, un pequeño pueblo egipcio en el delta del Nilo, a unas 200 millas al sur de El Cairo. 
Allí, una mujer árabe tropezó accidentalmente con el archivo de tablillas de arcilla cocida del controvetido faraón Akhen-Aton (1385-1353 aC) A través de la subsiguiente traducción de tales tablillas se averiguó que el joven y brillante faraón y su exquisitamente bella reina, Nefertiti, consideraban que el sol, Aton, era la verdadera fuente de vida, lo que justificaba la práctica del nudismo para el desarrollo físico y espiritual.
Debido al descubrimiento de esas tablillas y otros artefactos en Tell el Amarna, sede del gobierno del faraón Akhen-Aton, se sabe hoy que no sólo fue un gran reformador religioso y místico, que discutía el panteísmo del sacerdocio tradicional, sino que también fue un poeta de gran sensibilidad.
En las piedras diseminadas que formaban el muro original del templo de Aton, los arqueólogos han encontrado y descifrado el famoso “Himno a Aton, el dios Sol” del faraón".


Pintura egipcia, que ilustra claramente el poco uso de la vestimenta. Los cuerpos estaban embellecidos con variadas pinturas, y muy ostentosos adornos.



“Mediante este poema”, escribe J. Herman en King & Queen of the Sun, “el faraón se revela como un amante de la belleza en la naturaleza, en el arte y en el hombre.”
Sin embargo, algunos de los arqueólogos que desvelaron la historia del faraón Sol tuvieron dificultades en aceptar lo que encontraron y se volvieron muy críticos con Akhen-Aton y Nefertiti. 

Educados en un entorno victoriano y de nociones puritanas, desaprobaron esas primeras conjeturas de historia egipcia porque descubrieron que no sólo el faraón y su mujer sino también sus hijos y oficiales iban con muy poca ropa (¡y transparente!) o con ninguna ropa en absoluto, que practicaban nudismo en el palacio real, en los jardines reales y en la piscina, que gustaban de la belleza física, apreciaban la buena comida y el buen vino, y llevaban una existencia plenamente feliz.”
La espontaneidad, libertad y valores humanistas ligados al modo de vida de esta extraordinaria pareja provocaron una fuerte crítica y el enfrentamiento de los sacerdotes conservadores de la “religión antigua”. Después de su muerte, a Akhen-Aton le sucedió su yerno Tutankh-Amon a quien forzaron sus sacerdotes a erradicar las reformas de Akhen-Aton.
“Practicaban una religión y un estilo de vida que estaba muy por delante de su tiempo”, escribe el Dr. De Horatev del rey Sol y su reina. “Aparecieron en una época que no les entendía”. Añade, desalentadoramente, que aunque futuras generaciones podrán entender mejor su mensaje, “...el presente les dio un cicatero reconocimiento”.
Es conocido que Akhen-Aton y Nefertiti no fueron los primeros egipcios en disfrutar desnudos de baños de sol (en el Museo Británico hay una talla del siglo XIV a.C. de un sacerdote sumerio desnudo, y se encontró en un muro de una tumba de Tebas una pintura del siglo XV a.C. de una arpista egipcia desnuda), pero él y su bella esposa tuvieron su “día bajo el sol”, bebiendo la vida de un fresco concepto idealista de comunidad.

Fuente: Lo que antecede es un capítulo perteneciente a Therapy, Nudity & Joy, copyright 1991 Aileen Goodson, publicado por Elysium Growth Press. Traducido por Fernando Gómez

No hay comentarios:

Publicar un comentario