martes, 8 de noviembre de 2011

TAI CHI CHUAN al DESNUDO

 
Breve Introducción al TAI CHI CHUAN. Tratar de explicar qué es TAI CHI CHUAN y cómo nace, llevaría todo un libro. Me limitaré a contar a quienes no lo conocen que sus orígenes se remontan varios siglos atrás y tiene sus raíces en el Taoismo.
Se nutre de esta filosofía, y si bien nace como arte marcial, con el tiempo trasciende lo guerrero. Se deja de luchar con el “amigo” (los chinos no dicen enemigo, sino amigo que seguramente ha equivocado el camino), para convertirse en una lucha interna que busca derrotar nuestros propios miedos, inseguridades, enfermedades y limitaciones, desarrollando la paciencia, la tolerancia y la voluntad por superarnos.
Todo esto lo vamos logrando con la práctica sistemática de las distintas formas que ejecutamos al hacer TAI CHI.
Las formas están compuestas por series de movimientos, que sincronizados con la respiración, nos llevan a alcanzar los beneficios indicados.
TAI CHI CHUAN es meditación en movimiento o también danza de energía.
Practicar TAI CHI implica movilizar energías de “arriba” y “abajo”, o lo que es lo mismo del “cielo” y la “tierra” y hacer interactuar las mismas con nuestra propia energía o chi. La conjunción de estas nos lleva a conseguir mejoras en nuestra salud física, mental y también espiritual.
Dónde se lo practica.
Quién no ha visto en plazas o parques de Buenos Aires o del interior a esos “locos” que se mueven al unísono, en una extraña serie de movimientos lentos, sincronizados, componiendo un cuadro de armonía y serenidad. Ese es uno de los ámbitos donde se reúnen a practicar los estudiantes de TAI CHI CHUAN. Otra alternativa son los innumerables centros de enseñanza específicos de TAI CHI o bien en escuelas de Artes Marciales Chinas. La oferta es muy amplia y variada. Solo habrá que buscar hasta que el maestro y el alumno se “encuentren”.
Porqué practicar TAI CHI desprovisto de vestimentas?
Vivimos inmersos en un mundo en el que debemos interactuar diariamente con cientos de personas que traen su propia carga emocional, o entramos en ambientes cargados con lo que comúnmente describimos como mala onda.
Este permanente “actuar” de energías propias y ajenas nos impregna al final del día de eso que nos hace sentir cansados y hasta agobiados.
Volvemos saturados de esa energía ni buena ni mala, solo densa, y aún nuestras ropas y calzados se cubren de ellas. Notaron qué sensación de alivio se siente al descalzarse y quitarse las ropas de calle cuando regresamos a nuestros hogares luego de una jornada de trabajo?.
Cuando enseño TAI CHI en salones públicos, los alumnos deben llevar ropas ligeras y calzado exclusivos para la práctica, no solo por comodidad, sino porque ganaremos tiempo al no tener que liberarnos de esas energías prendidas a nuestras vestimentas diarias.
Pensemos entonces cuánto mejor es practicar con nuestra piel como único uniforme, sintiendo que nuestras “plantas” de los pies se enraizan a la tierra (que linda simbología de palabras emplean los maestros chinos), y nuestra columna erguida como árbol alinea energías de arriba y abajo, del cielo y la tierra con nuestro chi. Viviremos así una nueva experiencia aquellos que disfrutamos del naturismo:
TAI CHI nudista… nuestro Ser, la tierra, el cielo y la naturaleza en pleno, danzando juntos en estado puro.

Prof. Diego- Argentina (revista Nudelot)